Redaccion | El Piñero
Veracruz.- Si alguien pensaba que la rutina del viernes en Veracruz sería tranquila, la comunidad de Loma de Zomajapa, en Zongolica, se encargó de demostrar lo contrario. La tarde transcurría entre la normalidad del camino estatal Zongolica-Comalapa, hasta que vecinos toparon con una hielera abandonada que contenía restos humanos. La escena, por supuesto, no pasó desapercibida, policías estatales y peritos ministeriales llegaron a la carrera, aseguraron la zona y trasladaron los restos al Servicio Médico Forense de Orizaba. La pregunta que flota entre la incredulidad y la indignación: ¿cómo es que alguien dejó esto tan a la vista, tan cerca de la carretera?
Antes de que el reloj marcara el sábado, Papantla también se sumó al “festival macabro”, en la Colonia Lomas de Plata, sobre la Calle Vicente Guerrero y justo frente a la Capilla de San Isidro Labrador, apareció una cabeza humana acompañada de una cartulina con un mensaje amenazante. Lo que para los habitantes es un espeluznante despertador, para las autoridades parece ser un recordatorio tardío: la Fiscalía Regional inició las investigaciones, mientras los vecinos observan incrédulos y con la paciencia a prueba, preguntándose si algún día tendrán seguridad visible en sus calles.
Y es que, como siempre, lo que más duele no es el hallazgo en sí, sino la indiferencia con la que se percibe la prevención, ausencia de patrullaje efectivo, protocolos de vigilancia casi inexistentes y una comunicación con la ciudadanía que llega tarde y a medias. Veracruz muestra así un triste espectáculo donde la sorpresa macabra se combina con la burocracia letárgica, dejando a la población entre la incredulidad y la indignación, mientras las autoridades, como siempre, corren detrás de los hechos en lugar de prevenirlos.