Redacción El Piñero | Corresponsalía
Veracruz.- Coatzintla amaneció otra vez con la misma pregunta de todos los días, ¿dónde está Reinaldo Hernández Trinidad? El vecino de Benito Juárez se desvaneció del mapa el pasado 4 de julio de 2025, y lo único que la comunidad ha podido encontrar, tras meses de caminar veredas y quebradas, es una prenda de vestir enredada entre piedras de un arroyo. Nada más, nada menos, un simple trapo convertido en “pista oficial”.
La escena del fin de semana parecía sacada de un capítulo de crónica pueblerina: familiares, vecinos y agentes municipales recorriendo arroyos con más fe que recursos, mientras la corriente, testigo silenciosa de julio, les escupía esa prenda como si se burlara de todos. El hallazgo, dicen, podría pertenecer al desaparecido, y la hipótesis es que la creciente de los ríos se lo llevó. Hipótesis, claro, porque certezas aquí ni con lupa.
Y en esta película de misterio mal producida, brillan por su ausencia los grandes protagonistas: las autoridades estatales. No hubo brigadas de búsqueda especializadas, ni drones, ni helicópteros, ni siquiera la clásica caravana de camionetas con luces destellantes que sólo llegan para la foto. Aquí la búsqueda ha sido comunitaria, de puro corazón y terquedad, mientras el gobierno parece andar ocupado en otros “operativos prioritarios”, como cortar listones o inaugurar obras que nadie pidió.
En Coatzintla, la prenda encontrada no sólo es una pista, es un recordatorio de que, cuando el río se lleva a alguien, la corriente oficial suele ser más lenta que el agua estancada.