Redaccion | El Piñero
Veracruz.- En Texistepec, amaneció otra vez con el paisaje decorado por una lona que no era precisamente de fiesta patronal, sino de esas que lanzan advertencias y ponen nerviosos a todos. En ella se hacía referencia al proceder de algunos policías municipales —que en lugar de dar seguridad parecen dar tema para sospechas— y de paso se mencionaba a la concejal presidenta, Nancy L., así como a Julissa, la alcaldesa electa que ni siquiera ha tomado protesta y ya carga con el paquete de la zozobra.
Los vecinos recordaron que desde que los ediles renunciaron, allá a inicios del año, el municipio quedó en manos de un concejo municipal improvisado, lo que generó una calma tan frágil como promesa de campaña. Ahora, con la lona ya retirada pero difundida en redes sociales, la intranquilidad volvió a instalarse entre la población, que comenta con ironía que el cambio de autoridades viene con “regalo anticipado”: la desconfianza hecha manta.
Y mientras los ciudadanos se devoran las uñas, las autoridades estatales y municipales optaron por su ya conocida estrategia: el silencio administrativo. No hubo pronunciamiento sólido, ni acciones concretas, ni mucho menos un plan visible de seguridad. En pocas palabras, la lona sí apareció, pero la reacción oficial, como siempre, quedó bien doblada y guardada en el archivo muerto.