Redacción El Piñero | Corresponsalía
Veracruz.- En Hueyapan de Ocampo, donde la carretera estatal Juan Díaz Covarrubias – Estación Cuatotolapan ya parece más ruleta rusa que vía de comunicación, un motociclista se convirtió en víctima de un incidente armado que puso a temblar a la comunidad de La Palma. Como si fuera poco, un hombre que nada tenía que ver con el asunto terminó herido por un proyectil extraviado, ejemplo perfecto de lo caro que puede salir el simple hecho de andar en moto por la zona equivocada.
Los vecinos, acostumbrados al soundtrack de grillos y gallos, escucharon en cambio una ráfaga de detonaciones que obligó a llamar al 911, desatando un desfile de patrullas, paramédicos y curiosos. A uno lo declararon sin signos vitales en el sitio, mientras el otro, acompañado de su pareja, fue llevado a un hospital con la esperanza de que la “mala suerte” no fuera lo único que lo acompañara.
Y claro, en el capítulo infaltable del manual de siempre, las autoridades llegaron a poner cintas, levantar actas y prometer investigaciones. Los agresores, como dictan los guiones repetidos, se esfumaron sin mayor problema, dejando al pueblo con la moraleja de siempre: la carretera sigue siendo tierra de nadie, y los operativos de seguridad parecen solo ejercicios para la foto oficial.