Redacción El Piñero
Veracruz.- La tarde de este lunes 29 de septiembre, el camino Jáltipan–Coacotla se convirtió en escenario de un percance que parece sacado de una tragicomedia de carretera, motopatrulla de la Policía Municipal terminó chocando contra un taxi local, dejando al uniformado en la camilla y al ruletero en el banquillo de los sospechosos. El saldo, un policía grave, un taxi asegurado y el tránsito convertido en estacionamiento improvisado.
El incidente ocurrió a la altura del basurero municipal —vaya ironía, porque la vialidad también terminó hecha un desecho—. Testigos aseguran que la colisión fue tan aparatosa que ni la sirena ni el claxon alcanzaron a evitar el golpe. Paramédicos llegaron a la carrera, auxiliaron al agente y lo enviaron directo a un hospital de la región, donde se debate entre diagnósticos médicos y la esperanza de que el seguro cubra algo más que las curitas. El taxi número 277 fue retenido y, de paso, su conductor detenido de manera preventiva, porque en este país siempre es más fácil amarrar al chofer que arreglar la carretera.
Y mientras la ciudadanía se pregunta qué originó el choque, las autoridades se refugian en su mutismo institucional: ni un comunicado claro, ni un parte oficial, ni siquiera una mísera disculpa por el caos vial que armó el acordonamiento. Eso sí, para aparecer en los eventos de inauguración siempre hay tiempo y discursos, pero para dar explicaciones de un accidente que involucra a su propia policía… ahí sí, todos aplican la de “no me acuerdo, no me consta”.