Redacción | El Piñero
Veracruz.- El amanecer de este viernes en San Andrés Tuxtla no trajo canto de pájaros ni brisa fresca de manglar, sino la sorpresa amarga de un hallazgo en la colonia Hábitat de Ranchoapan, el cuerpo de una mujer de unos 40 años apareció a escasos pasos de la banqueta, como si la rutina vecinal hubiera decidido abrir con una escena digna de nota roja.
La dama, de complexión robusta, vestía blusa blanca y pantalón de mezclilla negro; en su mano izquierda llevaba tatuado, en letras góticas, un rastro de identidad que hoy puede ser clave para reconocerla. Vecinos contaron que fue encontrada en un terreno de mangales, justo donde la calle conecta con la unidad habitacional, convirtiéndose en espectáculo obligado para quienes apenas salían rumbo a sus labores.
Y mientras Protección Civil llegó a confirmar lo evidente —ya no había pulso—, policías municipales, estatales y ministeriales desfilaron con cinta amarilla y actas bajo el brazo. Eso sí, nadie explicó cómo en una zona habitada y transitada se puede amanecer con semejante escena sin que exista un patrullaje previo o una alerta temprana. Crónica repetida: la seguridad, siempre llegando tarde, como si fuera invitada especial a los sucesos y no guardiana de la prevención.