Redacción El Piñero | Corresponsalía
Veracruz.- La mañana arrancó con plomo en San Juan Evangelista, donde un módulo policial fue agredido por sujetos armados. En medio de la persecución que siguió al incidente, las fuerzas del orden no atraparon a los presuntos responsables, pero sí encontraron en Sayula de Alemán una Suburban blanca vinculada a la desaparición de los tres empresarios de Coatzacoalcos: Jesús Trujillo Pacheco, su yerno Carlos Alberto Bernáldez y Francisco Javier Sánchez Avendaño, vistos por última vez el pasado 8 de septiembre en el tramo entre Texistepec y Sayula.
El hallazgo ocurrió cerca del rancho Santa Rosa, en la zona rural del municipio que ya se ha ganado fama de “santuario criminal”. Porque, seamos francos, cada que la delincuencia corre, no se esconde en las montañas ni se disfraza de peregrino: simplemente cruza a Sayula, donde la sombra de la alcaldesa y sus allegados pareciera brindar un manto de comodidad para quienes siembran el desorden.
Lo que no hicieron las autoridades fue aclarar el paradero de los empresarios, ni mucho menos explicar cómo es que un vehículo de alto perfil circuló libremente por un municipio convertido en refugio a plena vista. Pero, claro, resulta más fácil presumir comunicados tibios que enfrentar la pregunta incómoda: ¿Sayula está gobernado o simplemente rentado como guarida para malhechores?