Redaccion | El Piñero
Veracruz.- La tarde de ayer lunes, la carretera Jáltipan–Coacotla se convirtió en un caos vehicular con sabor a tragedia, cuando un taxi local marcado con el número económico 277 embistió sin piedad a una moto patrulla a la altura del basurero municipal, dejando a un oficial de la Policía Municipal al borde de la sala de urgencias y a su compañero con golpes que la suerte disfrazó de “menores”.
El infortunado uniformado, identificado como Brian Ulises Mar Flores, viajaba junto a otro elemento a bordo de la unidad oficial 12. El encontronazo fue tan brutal que ambos salieron disparados como si la ley de la gravedad también cobrara su cuota. Pese a portar casco, Brian Ulises no escapó del saldo, traumatismo craneal y un brazo roto, lo que obligó a una ambulancia a trasladarlo a toda velocidad al Hospital IMSS Bienestar (Coplamar), donde su estado se mantiene delicado y en manos de médicos que ahora cargan con la responsabilidad que el reglamento de tránsito no previó.
Mientras tanto, agentes ministeriales que pasaban por ahí jugaron al héroe exprés, asegurando al chófer del taxi y poniéndolo a disposición de la autoridad competente. Pero, como suele ocurrir en la tragicomedia mexicana, los que brillaron por su ausencia fueron los oficiales de Tránsito del Estado, que jamás aparecieron para ordenar el escenario ni agilizar los peritajes, dejando el camino cerrado y a los automovilistas atrapados en un embotellamiento digno de telenovela de las ocho.