Redacción El Piñero | Corresponsalía
Veracruz.- En Tezonapa, las lenguas mazateco y náhuatl parecen estar jugando a las escondidas, cada vez son menos las escuelas donde se enseñan, y los maestros bilingües se cuentan con los dedos de una mano… o quizá menos. Hasta hace unos años, la mayoría de la población hablaba su dialecto con naturalidad, hoy, los salones lucen más silenciosos que un examen sorpresa, y los padres se preguntan si sus hijos conocerán siquiera una palabra en su lengua natal.
Según Daniel Ixmatlahuac, de la Sociedad de Padres de Familia, existen unos 50 espacios acéfalos de docentes que deberían impartir clases en náhuatl o zapoteco. La falta de maestros ha provocado que los jóvenes pierdan interés en rescatar su cultura, y como nadie quiere trabajar en zonas rurales, la enseñanza se ha convertido en un juego de “a ver quién aparece primero”. Entre tanto, las lenguas originales siguen resistiendo, como pequeñas rebeldes en peligro de extinción, mientras los libros y pizarras se quedan esperando.
Las autoridades educativas, por su parte, aseguran que están trabajando en programas de capacitación y reclutamiento, aunque la realidad parece más lenta que un caracol en subida. Mientras tanto, los padres y la sociedad civil se preguntan si alguna vez llegarán los maestros necesarios o si las lenguas se perderán antes de que la burocracia aprenda a mover un expediente.