Redacción El Piñero | Corresponsalía
Veracruz.- Era una noche cualquiera en la carretera Transístmica 185, esa vieja cinta de asfalto donde los accidentes son tan frecuentes como los baches, a la altura de Lázaro Cárdenas y Loma Bonita, en el municipio de San Juan Evangelista, la tragedia volvió a hacer acto de presencia, un contador de la comunidad Campo Nuevo, identificado como Víctor Manuel Chontal, perdió la vida tras un violento choque entre dos vehículos particulares que también dejó tres personas lesionadas.
Dicen los reportes que todo comenzó con una mala maniobra de rebase —de esas que parecen patrocinadas por la imprudencia y la suerte— realizada por conductores centroamericanos que trasladaban autos desde Estados Unidos hacia Guatemala. El resultado fue un desastre mecánico y humano, fierros retorcidos, gritos, y la desesperación flotando en el aire. Los paramédicos de Protección Civil llegaron a toda prisa, hicieron lo que pudieron y trasladaron a los heridos al hospital “Miguel Alemán” de Oluta, donde las sirenas se confundieron con el suspiro final del contador, quien no alcanzó a llegar con vida.
Mientras tanto, las autoridades —esas que juran vigilar las carreteras— brillaron por su ausencia, como de costumbre. Los operativos preventivos parecen fantasmas: se escuchan, se anuncian, pero nadie los ve. Las señales de tránsito siguen oxidadas, los límites de velocidad son meras sugerencias, y los baches son más constantes que las patrullas. En Veracruz, la seguridad vial