Redacción El Piñero | Corresponsalía
Veracruz.- Desde el 1 de septiembre, los habitantes de la colonia cercana a la esquina de Circuito Presidentes y Ángel Núñez Beltrán viven una paradoja: rodeados de promesas líquidas, pero con las llaves secas. Este martes, cansados de esperar milagros hidráulicos, decidieron plantarse en la vía pública para gritarle a la Comisión Municipal de Agua y Saneamiento (CMAS) que ya basta de discursos y que lo que necesitan es agua, no excusas.
Durante diez días, los vecinos han sobrevivido a punta de garrafones, como si fueran turistas eternos en un hotel de cuarta categoría donde bañarse y lavar la casa cuesta más que la renta. La dependencia, con puntualidad británica, repite cada jornada que “en la tarde” regresará el servicio, promesa que se evapora igual que las gotas en el asfalto de Xalapa.
La parte más amarga de esta crónica es que la autoridad, tan rápida para cortar el suministro, resultó lenta para mandar pipas, diseñar un plan o, al menos, dar la cara. Mientras tanto, la ciudad vive una tragicomedia donde el agua se convirtió en lujo y la paciencia de la gente en moneda de cambio. En resumen: CMAS promete, los vecinos pagan y el derecho básico al agua se queda flotando en el aire.