• Un modelo joven que ordena vs un aparato viejo que exprime
Eugenio GONZÁLEZ | El Piñero
En Tuxtepec, la paciencia de los automovilistas está al límite. Mientras en el centro de la ciudad la nueva Policía Vial Municipal intenta ordenar el tránsito con medidas razonables y multas accesibles, en la periferia la Policía Vial Estatal mantiene un operativo férreo y recaudatorio que exprime a ciudadanos y transportistas sin piedad.
Son dos modelos enfrentados: uno joven, alejado de añejas prácticas, con agentes que buscan respeto social y orden vial sin golpear la economía familiar; y otro viejo, podrido, que opera como máquina de extorsión con grúas y patrullas al acecho, aplicando multas abusivas y detenciones arbitrarias.
Cada día se multiplican los testimonios de choferes de Oaxaca y Veracruz que sufren hostigamiento y “mordidas” disfrazadas de sanciones. El pueblo está cansado. El trabajador que madruga para llevar pan a su mesa es tratado como cajero automático por autoridades estatales que parecen más interesadas en la recaudación que en la seguridad vial.
La llamada “Primavera Oaxaqueña” tiene ante su mirada una atención urgente, frenar estas prácticas corruptas y replicar el modelo municipal, que busca reordenar sin asfixiar al ciudadano. De lo contrario, la inconformidad podría estallar en protestas abiertas.
Hoy Tuxtepec le grita al gobierno estatal: basta de usar la ley como garrote para robar al pueblo.