Jaime GUERRERO
En un nuevo capítulo de la prolongada disputa por 1,700 hectáreas de tierra, campesinos zapotecos de la comunidad de Chicapa de Castro cumplieron este miércoles su amenaza y excavaron una zanja profunda en el camino que conecta con el municipio ikoots de San Dionisio del Mar, paralizando el tránsito vehicular y afectando a comerciantes de mariscos y estudiantes locales.
El bloqueo, iniciado a las siete de la mañana, fue ejecutado por decenas de pobladores armados con picos, palas y barretas, quienes rompieron el pavimento en varios tramos clave de la vía.
“Esta acción es para defender lo que nos pertenece por derecho”, declararon fuentes de la comunidad chicapeña, recordando que el conflicto data de 2007 y ha escalado en tensiones mutuas entre ambas etnias indígenas vecinas.
Los impactos fueron inmediatos: residentes de San Dionisio del Mar, así como de las comunidades pesqueras de Huamúchil y San Dionisio Pueblo Viejo, quedaron aislados por esta ruta principal.
Comerciantes que transportaban productos del mar hacia mercados cercanos y estudiantes que viajan a escuelas en la región no pudieron avanzar, optando por vías alternas como el paso por el municipio de Unión Hidalgo o la carretera Panamericana.
Sin embargo, estas opciones no se utilizan ampliamente por temor a provocaciones que deriven en enfrentamientos violentos, según reportes de testigos en el lugar.
La zona en disputa, rica en recursos naturales, incluye un nacedero de aguas termales con potencial turístico, cultivos de frutales impulsados por el programa federal Sembrando Vida, un banco de piedra puzolánica —materia prima esencial para la producción de cemento gris— y áreas dedicadas al pastoreo de ganado bovino.
Estos elementos no solo representan un valor económico, sino también cultural y de subsistencia para ambas comunidades.
Se esperan reacciones oficiales de las autoridades municipales de San Dionisio del Mar y de la representación comunal ikoots.
El pasado 29 de agosto, los pobladores de San Dionisio bloquearon la carretera Panamericana para exigir el reconocimiento de las tierras.
Previamente, en mayo de 2023, los chicapeños respondieron cortando el suministro de agua y electricidad a sus vecinos ikoots, una medida que extendió el conflicto a la aislada comunidad de Santa María del Mar, cuyo único acceso terrestre depende de esta ruta y que ahora solo puede abastecerse por vía marítima.
El trasfondo jurídico del diferendo se remonta al 11 de abril de 2024, cuando el Tribunal Unitario Agrario de Tuxtepec emitió una resolución favorable al núcleo agrario zapoteco de Chicapa de Castro, dependiente del municipio de Juchitán.
San Dionisio del Mar, inconforme con el fallo, ha impulsado recursos de inconformidad que mantienen el litigio abierto, exacerbando las divisiones entre estas comunidades indígenas en la región istmeña de Oaxaca.
Autoridades estatales y federales no han emitido pronunciamientos al respecto.
En un ejercicio de mediación que priorizó el diálogo, Abisaí Gómez Escobar, agente municipal de la agencia de Huamuchil en San Dionisio del Mar, logró restablecer el libre tránsito en la ruta alterna conocida como Paso del Palmar hacia Unión Hidalgo.
Esta vía, aunque secundaria, resulta crucial para la movilidad diaria de los habitantes ikoots de la región, facilitando el acceso a servicios y el intercambio comercial en la zona costera de Oaxaca.
La negociación se dio al mediodía, en medio de un contexto de tensiones agrarias que han marcado las relaciones entre comunidades vecinas.
Sin embargo, el mismo día, los comuneros de Chicapa de Castro bloquearon la carretera a la altura del kilómetro 52, como parte de su plan de acción para ejercer presión en el conflicto territorial con San Dionisio del Mar.
Este desacuerdo, que se arrastra por disputas sobre límites agrarios y recursos naturales, ha generado interrupciones recurrentes en las vías de comunicación, afectando a cientos de familias indígenas de la región.