Redacción El Piñero
Veracruz.- La producción de maíz criollo en Veracruz se encuentra en niveles críticos, los rendimientos apenas alcanzan 2.5 toneladas por hectárea, muy por debajo de Sinaloa, que logra 12.2 toneladas. La caída en la siembra y los precios que oscilan entre 7 y 15 pesos por kilogramo han reducido drásticamente el número de campesinos que continúan cultivando este grano, esencial para la alimentación y la identidad cultural de la región.
Productores como Belén Pedraza Cortés han implementado proyectos como Maízaya para garantizar un precio justo y promover la conservación de semillas nativas. Sin embargo, la falta de apoyos oficiales, la escasa infraestructura y la competencia con maíz importado han ocasionado que la mayoría de los agricultores siembre únicamente para autoconsumo, poniendo en riesgo la preservación de tradiciones y productos derivados del maíz, como tortillas, totopos y pinole.
Las autoridades federales y estatales han informado sobre programas de respaldo al campo, aunque especialistas y representantes campesinos señalan que resultan insuficientes y no consideran los costos reales de producción ni el impacto del maíz importado subsidiado. Organizaciones como la Confederación Nacional Campesina destacan la urgencia de políticas que fomenten la producción de maíz criollo y protejan el patrimonio agrícola y cultural de Veracruz.






