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Diputada desaparecida en Veracruz; Regina Vázquez, en el limbo

El Piñero

  • El PAN la necesita

Escenarios

Luis Velázquez

Veracruz.- UNO. Diputada desaparecida

La diputada panista y ex priista, Regina Vázquez Saut, se ha vuelto un misterio. Desde hace dos meses, aprox., nadie sabe su ubicación. Quizá le habría pasado lo mismo que a Remedios la bella en la novela de Gabriel García Márquez. Habría, digamos, volado al cielo envuelta en una sábana.

Nadie la ha visto en la LXIV Legislatura.

Tampoco en los eventos panistas.

Por ejemplo, Miguel Ángel Yunes Márquez, candidato del PAN, PRD y MC a la gubernatura, anduvo en el sur de Veracruz, en Acayucan como epicentro, y Regina, ni fu ni fa.

Ricardo Anaya, el candidato presidencial (tan vapuleado con su riqueza) cerró campaña en Coatzacoalcos donde se convirtió en “El hombre araña”, y Regina, ausente.

Las elites panistas preguntaron en uno y otro evento por su ausencia. Y nadie una respuesta.

Tampoco su hermana Fabiola, ex presidenta municipal de Acayucan, en el carril partidista.

Nadie pensaría que si es cierto que “de los arrepentidos se vale Dios”, Regina estaría soñando con regresar al PRI, pues en otro tiempo también fue panista, igual que Fabiola.

Vocaciones múltiples, vaya, en el tiempo plural, fuera ideologías, arriba el pragmatismo.

 

DOS. PAN la necesita…

 

Regina fue seducida por la yunicidad para abandonar el partido tricolor y afiliarse en el PAN de cara a las cinco elecciones del primero de julio, entre ellas, la más importante, la gubernatura, el trono imperial y faraónico que dura 6 años, la silla embrujada del palacio que a todos enloquece.

En el PAN pensaron que como Regina y Fabiola mueven a la población electoral en Acayucan, su feudo y parcela de poder, entonces, la necesitaban.

Y Regina escuchó el cántico de las sirenas, siguiendo, digamos, a sus homólogos Sebastián Reyes, Eva Felícitas Cadena, Míriam Judith González Sheridan y Basilio Picazzo, el cacique de la sierra de Papantla.

Siguiendo de igual manera al cacique de Zongolica, Mario Zepahua Valencia, a quien en el carril priista todos dan como un transfigurado panista, aun cuando otros aseguran que está enfermo y concentrado en su casa y que, bueno, sabrá bien el diputado federal, Jorge Carvallo Delfín, el nuero predilecto.

Pero de pronto, zas, el silencio, la lejanía, la sana (pero sospechosa) distancia.

Su padre, Cirilo Vázquez Lagunes, QEPD, a quien el gobernador Agustín Acosta Lagunes le concesionaria ocho municipios de la región, también solía desaparecer, y nadie conocía su ubicación.

Era, digamos, como Emiliano Zapata, el caudillo del sur, quien en las noches trepaba en su caballo y en compañía de un perrito desaparecían en las sombras, nadie sabía su destino, aun cuando todos aseguraban que “cada noche un amor”, y un amor, claro, diferente, intensa su vida que era.

Regina, ausente, con los focos rojos encendidos en el palacio azul de Xalapa, porque los días caminan y la elección se acerca.

 

TRES. Caciques bendecidos

 

Hace unos dos meses está desaparecida.

Son los días y semanas cuando los partidos políticos repartieron las candidaturas a diputados locales y federales unis y pluris.

La lista apenas, apenitas apareció…, de acuerdo, claro, con el tiempo electoral.

Y hasta donde se sabe si se sabe bien, ninguna posición para Regina y Fabiola Vázquez.

Y en contraparte, las bendiciones para los otros caciques panistas.

Joaquín “El chapito” Guzmán Avilés, de Tantoyuca, con la candidatura pluri a diputada federal para su hermana, la senadora, y la nominación para un hermano para diputado local.

Ricardo García Guzmán, el cacique huasteco de Pánuco, quedó con un par de candidaturas. Su hijo Rodrigo, para la reelección como diputado local, y Ricky, para la curul federal.

Ellos, dice su biógrafo, arrasan en el norte de Veracruz y significan votos seguros para “El chiquis”.

Votos seguros, una parte quizá, de Tuxpan, también garantizados con Pepe Mancha, el presidente del CDE del PAN, a quien, además, oh sorpresas fabulosas que da la vida, le regalaron la candidatura pluri a diputada local para su esposita, Monserrat.

En Las Choapas, el cacique ex priista, ahora panista, Renato Tronco, es candidato del PAN, PRD y MC a la diputación local, su hermano candidato a otra curul y su sobrina a otra curul, pues también arrasa en la población, y más cuando se trepa en su caballo como un Atila, exonerado ya por el asesinato de un regidor en su tiempo edilicio.

También Regina Vázquez arrasa en Acayucan, el feudo compartido con el ex priista y panista, el diputado federal, Érick Alejandro Lagos Hernández.

Regina, no obstante, desaparecida. Lejana. Ausente. Marcando raya. Quizá deslidándose.

La duda es si, y más allá del misterio femenino, Regina se habría arrepentido de su cambio kafkiano del PRI al PAN.

 

CUATRO. Apremia tiempo electoral

 

En tiempo electoral, los partidos y políticos siempre dicen como filosofía de vida que es la hora de sumar.

AMLO, por ejemplo, luego de 54 giras de norte a sur y de este a oeste de Veracruz, dice que en aquí, en la tierra jarocha, donde naciera su padre, es puntero.

Incluso, que Veracruz es la entidad federativa donde va ultra contra súper bien en el ánimo electoral.

La tlatoani priista de todos los tiempos, Beatriz Paredes Rangel, ya está en la cancha como delegada de lujo del CEN del PRI en la campaña de Pepe Yunes Zorrilla.

Miguel Ángel Yunes Linares está operando al cien por ciento la campaña de su hijo.

El PAN necesita a los caciques Ricardo García, Joaquín Guzmán, Pepe Mancha, Mario Zepahua y Renato Tronco, de igual manera que a las hermanas Regina y Fabiola Vázquez.

Pero desde hace ocho semanas Regina parece haber volado al cielo como Remedios la bella de García Márquez.

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