Redacción El Piñero
Oaxaca, México.– Mientras el Gobierno estatal se enorgullece de la fiesta de la Guelaguetza, las realidades dolorosas del pueblo oaxaqueño siguen siendo ignoradas.
La diputada local por el Partido del Trabajo, Irma Pineda, alzó la voz en redes sociales y mostró la crudeza del abandono: la carretera federal que conecta a la capital del estado con la región del Istmo de Tehuantepec está hecha pedazos.
A través de fotografías y videos, Irma Pineda documentó las deplorables condiciones en las que se encuentra esta vía de comunicación, una de las más transitadas y estratégicas del estado. Baches profundos, que ocupan ambos carriles, ponen en constante peligro la vida de quienes se atreven a transitar por allí.
“Valoren la vieja carretera Oaxaca-Istmo, no saben lo terrible que está la que lleva a los pueblos mixes Esta es la parte menos fea, hay otras peores pero llovía mucho y no pude grabar.”, sentenció la legisladora, al señalar la omisión de las autoridades encargadas de mantener la seguridad vial.
Y tiene razón. En estos días de júbilo institucional por la Guelaguetza, la “Primavera Oaxaqueña” presume colores, bailes y cultura mientras el pavimento se desmorona y los accidentes se multiplican.
Una vez más, el contraste duele: fiesta para unos, riesgo mortal para otros. ¿De qué sirve la promoción turística si los visitantes tienen que sortear cráteres en el asfalto? ¿Dónde está la congruencia entre el discurso del progreso y la realidad de las vías abandonadas?