La relevante de EL DIRECTOR
Oaxaca, México.- “El Estado administra un habitus. Por eso nunca puede administrar una tragedia. Eso sólo lo hace un pueblo”, una frase publicada por un maestro de la Universidad Metropolitana, tras ser testigo de cómo el pueblo mexicano se auto rescataba tras el sismo del 19 de septiembre de 2017.
Una situación similar ha dejado la pandemia durante estos más de 12 meses que se ha instalado sobre nuestro territorio y que ha dejado más de 200 mil muertos, no se cayeron negocios o casos físicamente pero si desaparecieron por la falta de clientela, de turistas en un estado como Oaxaca que encuentra en ellos oxígeno para subsistir, mostrando su enorme cultura.
Sin embargo, en una tragedia tan larga, el pueblo no puede seguir solo en la administración de la misma, tiene que unirse a quien debe ser su gran aliado y guía el Estado, los gobiernos de los tres poderes.
La cultura del trabajo del mexicano es de no rendirse, tal vez un poco masoquista, en el entendido que si tiene que pararse más temprano lo hace y se priva de muchos días libres por llegar a su meta.
Sin embargo, el rescate de nuestra economía tiene su base en las pequeñas empresas, productores, comerciantes, en la tienda de la esquina, el restaurante del amigo, del vecino, del conocido, que no se llevan nuestro dinero a bancas extranjeras, sino que lo invierten en el mismo pueblo que lo arropó.
Pero el plus lo debe ofrecer el Estado, echando a andar esta enorme maquinaria de promoción, donde se cuentan con presupuesto para poner el restaurante que exalta los sabores de tu estado y que nació de una familia llena de historia, en pantallas de Televisa, Azteca, prensa escrita, anuncios con grandes youtubers, que es donde está la audiencia ahora.
El estado debe de dejar de administrar el habitus y comenzar a voltear a ver lo fuera de serie a nuestros productores pequeños, al que tiene un hectárea de maíz, unos cuantos árboles de manzana, la hierba de guisar, el que pondera a nuestro panadero, a la mujer que hace las tortillas, los verdaderos rostros de la economía del pueblo que mueve a las grandes economías.
Las ocho regiones como una máxima guelaguetza lideradas por el Estado serán las encargadas de seguir elevando a Oaxaca y a México a una opción de turismo real y cercano.
