Redacción/El Piñero
El periódico Mural, Prensa Popular y Democrática, difundió en su edición web del 23 de diciembre una pieza periodística titulada Ante los proyectos y la militarización: la rebelión se justifica, en el que realiza una reseña sobre los sucedido los días 4 y 5 de diciembre en Yajxonax, Polvorín, Petapa, Oaxaca, donde más de cien representaciones de comunidades, colectivos, organizaciones sociales y proyectos comunitarios afectados por los megaproyectos y la militarización en el país, se reunieron “debido a la trascendencia del Corredor Interoceánico y el mal llamado “Tren Maya”, algunos de los proyectos bandera del gobierno federal que vienen a cumplir un viejo sueño imperial”.
En el texto, que se puede consultar en https://muralperiodico.wordpress.com/2021/12/23/ante-los-megaproyectos-y-la-militarizacion-la-rebelion-se-justifica/ se recuerda que la búsqueda de una vía transoceánica provocó la invasión de Estados Unidos a Nicaragua y la patriótica defensa de Augusto César Sandino de la dignidad nicaragüense, recientemente el gobierno de Ortega intentó nuevamente construir un canal por Nicaragua que conecte al Atlántico y al Pacífico.
Se agrega en el documento que a principios del siglo pasado, los Estados Unidos provocaron la secesión panameña de Colombia para construir un canal que administraron ilegalmente casi cien años, la pretensión de hacer un canal o vías férreas por el Istmo de Tehuantepec es vieja, considerada incluso por el indígena liberal Benito Juárez para beneficio del capital. Por otro lado, el desarrollo del ferrocarril fue realizado al amparo de Porfirio Díaz con una finalidad extractivista, para la explotación y traslado de minerales y materias primas, no exactamente al servicio de los pueblos, durante el proceso de la revolución mexicana esas mismas vías y trenes sirvieron para el traslado de tropas revolucionarias, paradoja que puede repetirse.
En los hechos estos proyectos en particular significan un nuevo proceso de acumulación originaria de capital: despojo de tierras y recursos, ampliación del mercado convirtiendo a las comunidades en consumidores y proletarizándolas al mismo tiempo, y todo bajo el disfraz del mítico “desarrollo” que ahora apellidan “sustentable” para aumentar la confusión; estamos hablando del capitalismo burocrático.
El despojo de tierras “se hace a sangre y fuego, ejemplo de ello es el intento de asesinato y vinculación a proceso del compañero Salvador Pinal Meléndez, la colusión de la delincuencia organizada en Campeche para imponer el primer tramo del Tren Maya ya ha implicado muertes”.
En este encuentro –se recuerda– también estuvieron presentes las comunidades que resisten contra la termoeléctrica de Huexca, donde entre las víctimas fatales está Samir Flores Soberanes, asesinado manchando de sangre la consulta con la que el gobierno se impuso, traicionando sus propias palabras pues en campaña Obrador afirmó que no iba a continuarse la obra desdiciéndose una vez en el gobierno.
Se contó con la presencia de las distintas luchas en Puebla contra proyectos mineros, basureros a cielo abierto y contra la empresa Bonafont que acaba con los mantos acuíferos de Zacatepec.
Hoy por hoy la crisis del sistema se vive en las comunidades que pretenden despojar de su territorio y sus derechos, el Acuerdo presidencial del 22 de noviembre es una declaración de guerra contra los pueblos que pretendan resistir a la embestida imperial, el considerar los megaproyectos como asunto de seguridad nacional significa considerar enemigos a los pueblos y tratarles desde una perspectiva contrainsurgente, el enemigo para el capital son los pueblos, y el gobierno el administrador violento de sus intereses, si cabe alguna duda ahora hay una ley que lo confirma. Hasta, un fragmento del texto publicado por Mural, Prensa Popular y Democrática.
