Redacción El Piñero
Oaxaca.- Miahuatlán amaneció con el mismo guion de siempre, disparos en pleno centro, una mujer de 37 años —encargada de un depósito de cervezas— sin vida dentro de un vehículo rojo, y vecinos que ya no saben si rezar, correr o acostumbrarse al sonido de la violencia como si fuera música de feria.
El ataque ocurrió en la calle 3ª de González Ortega, justo donde deberían estar los rondines de seguridad que, según los discursos oficiales, “tienen todo bajo control”. Los agresores llegaron, cumplieron su cometido y se fueron como si cruzaran por la tienda a comprar refresco, mientras la autoridad brillaba por su eterna ausencia.
Después vino la escenografía habitual, cinta amarilla, policías tomando fotos para el archivo y un alcalde, César Figueroa “El Chivo”, que sigue más ocupado en posar en fiestas patronales que en enfrentar la crisis de inseguridad. El pueblo, por su parte, ya solo apunta en la lista de pendientes: pagar la luz, hacer la despensa… y sobrevivir al próximo ataque.