Redacción EL Piñero | Corresponsalía
Veracruz.- La tarde cayó pesada en la Colonia México Lindo, en Tuxpan, cuando un rumor —de esos que corren más rápido que el Internet del vecino— desató una estampida de patrullas. “¡Encontraron un feto!”, decían unos; “¡era una muñeca!”, juraban otros. Al final, todos coincidían en algo, algo raro se vio tirado sobre la Calle Compositores, esquina con Solidaridad, alrededor de las seis de la tarde. El problema fue que nadie marcó al 911 a tiempo, y en ese lapsus de indecisión apareció un perro callejero que, fiel a su instinto, se llevó lo que fuera que estaba ahí.
Los guardianes del orden llegaron con sirenas encendidas, luces parpadeantes y rostros serios, listos para resolver el misterio. Buscaron, revisaron, recorrieron… pero ni sombra de evidencia. Lo que sí encontraron fue un barrio lleno de teorías, miradas curiosas tras las cortinas y celulares grabando por si “salía algo para subir a redes”. Al cabo de unos minutos, los oficiales guardaron el equipo, dieron media vuelta y concluyeron que no había nada que investigar, porque nada se encontró.
Y así, entre el silencio institucional y la confusión vecinal, el caso quedó en el aire. No hubo aviso ministerial, ni investigación formal, ni comunicado que aclarara si el hecho fue real o una confusión colectiva. En México Lindo, los vecinos aprendieron que, a falta de respuestas, el rumor es el que manda… y que a veces hasta un perro termina resolviendo más rápido que las propias autoridades.